El juego y la religión en China
El vínculo entre la cultura China, las apuestas y los juegos de azar precede en el tiempo a muchas de las sociedades occidentales actuales, por lo que un análisis pormenorizado de este fenómeno comprende muchos cambios a lo largo del tiempo. Una de las principales influencias filosóficas de la sociedad China son las enseñanzas del filósofo Confucio, que dieron forma a muchos de los preceptos morales que gobiernan el funcionamiento del país. Según sus dichos, compilados por sus discípulos alrededor del siglo V antes de Cristo, el apostar es una práctica reprobable y no puede ser llevada adelante por ningún caballero. Al mismo tiempo, el filósofo consideraba que el juego puede ser mejor que no realizar ninguna actividad, lo que se entiende como un juicio moral relativo a cada contexto particular.
La práctica religiosa en China se caracteriza por la existencia de multiplicidad de cultos, algunos surgidos dentro del territorio, como el Confusionismo y el Taoísmo, y otros importados del exterior, como el Hinduismo. Esas tres enseñanzas han formado la escala de valores morales de la sociedad china actual a lo largo de siglos, pero además se suma la influencia de algunos cultos minoritarios como el Cristianismo, que a grandes rasgos manifiesta una posición contraria a las apuestas.
La Revolución Popular no sólo abolió la religión en el país, sino que también prohibió el juego en todas sus formas, al menos desde el punto de vista normativo. El relativismo cultural que se manifiesta a nivel filosófico y religioso, también se da a nivel político, puesto que el territorio chino independiente de Macao continúa siendo el principal centro mundial para las apuestas y el juego. Es por eso que más allá de que tanto a nivel cultural, político y religioso se trate de actividades rechazadas en China, son practicadas diariamente por millones de personas a lo largo y ancho del país.